La lucha por la igualdad de derechos de la mujer estremeció a Barcelona el 8M

Sin precedentes. Masiva. Firme. Histórica. Así fue la multitudinaria manifestación y primera huelga feminista que el jueves 8 de marzo estremeció a Barcelona y a las principales ciudades de España, para exigir verdadera igualdad de derechos para las mujeres y el fin de la violencia de género, a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Barcelona, con cálculos iniciales de la Guardia Civil de 200 mil personas en la marcha pero que los organizadores situaron al final en 600 mil, fue una de las ciudades españolas que se sumó a la protesta. Madrid, Sevilla, Euskadi, Aragón, Santa Cruz de Tenerife y Valencia también se hicieron escuchar y se sumaron contra la discriminación en razón del género.

En Barcelona, el Paseo de Gracia fue el lugar que reunió a todos los que piden un trato justo, igualitario para la mujer en todos los escenarios y el freno definitivo del maltrato, que cada año cobra la vida de las mujeres en España y en el mundo.

El lema de la manifestación del 8 de marzo en Barcelona, que partió poco antes de las 18:30 programadas debido a la gran cantidad de personas presentes, fue “Paramos para cambiarlo todo”, y quienes asistieron fueron firmes en sus demandas.

Hubo globos morados para pedir el fin de la violencia machista pero quedaba claro que no había espíritu de celebración sino clamor real por justicia.

A la marcha, que concluyó en la Plaza de Cataluña, asistieron mujeres de todas las edades, hombres y hasta representantes políticos, como el presidente del Parlamento, Roger Torrent, quien no quiso declarar pues sostuvo que las mujeres eran las protagonistas; y la alcaldesa Ada Colau, quien, además, cumplió la huelga durante toda la jornada.

Ediles y comisionadas de su administración también pararon, y les serán descontadas las proporciones salariales.

Las razones para la marcha son legítimas y tienen asidero. La brecha salarial entre mujeres y hombres, el llamado “techo de cristal” –por el que las mujeres tienen un límite en sus ascensos laborales solo por su género-, el acoso sexual y las trabas a la conciliación de su vida laboral y familiar ocupan el pliego de demandas.

Tan solo en cuanto a la brecha salarial, las mujeres españolas ganan en promedio un 14% menos que los hombres, admitió la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, quien señaló, sin embargo, que el indicador está en su mínimo histórico.

Además, España también tiene pobres mediciones en el acceso de las mujeres al mercado laboral, de acuerdo con el diario La Vanguardia.

En la movilización de Barcelona, el manifiesto leído al final por las actrices Nausicaa Bonnin, Anna Alarcón y Maria Pau Pigem, entre otras artistas, reclama el establecimiento de un pacto de Estado contra la violencia de género, que cuente con recursos que permitan efectivamente desterrar este flagelo de la sociedad.

Insta también a combatir todas las formas de violencia machista, que son “cotidianas e invisibilizadas”, así como acabar con la opresión de las orientaciones e identidades sexuales de las mujeres.

También pidieron terminar con el acoso sexual, la discriminación laboral y hacer posible la igualdad salarial; valorar el trabajo doméstico, además de la adopción de educación pública y gratuita con perspectiva de género.

La jornada cerró con un concierto con 150 mujeres percusionistas.

Si bien la manifestación central fue en el Paseo de Gracia, más temprano hubo nutridas protestas también en otros espacios de Barcelona, como la Plaza de Sant Jaume y la plaza de Universitat. Hubo cortes de calle desde primeras horas, intermitentes durante todo el día, en apoyo a la lucha feminista.

También se produjeron lo que denominaron “Bicipiquetes”, en los que ciclistas pedaleaban a muy baja velocidad para llamar la atención sobre las manifestaciones, en las principales vías, en horas punta.

Paradas por la igualdad

En toda España, de acuerdo con los sindicatos convocantes, más de seis millones de personas siguieron el paro de este 8 de marzo, que incluía la posibilidad de plegarse a la paralización total de las 24 horas o cumplir paradas parciales de dos horas.

La huelga fue respaldada por los principales sindicatos, tanto para el paro de 24 horas –la Confederación General del Trabajo y el Sindicato de Comisiones de Base- y las paradas parciales –el caso de Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores.

En Catalunya, de acuerdo con la patronal Cecot, hubo un acatamiento desigual en el sector público y privado: fue muy superior en el ámbito estatal al del privado.

En las universidades, la CGT afirmó que hubo un seguimiento general y “significativo” en el resto de los niveles de enseñanza, respetando los servicios mínimos. El servicio de Renfe reportó una disminución de pasajeros del 25%.

Todos los partidos catalanes, menos Ciudadanos y el Partido Popular, respaldaron la huelga feminista. Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos en Catalunya, si bien criticó la desigualdad que afrontan las mujeres en España, indicó que “hay diferentes maneras de luchar”, más allá del paro.

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